Todos los medios de comunicación, empresas y cuentas de redes sociales están volcadas con la información sobre el COVID-19, pero ¿podemos creer lo que leamos en cualquiera de estas fuentes? Está claro que no. Debemos de tener cuidado con las páginas o medios que consultamos para informarnos sobre el COVID-19, así como las notificaciones que nos llegan sobre ello. En momentos como este, donde existe un apogeo de la información, también existe un auge de la desinformación, bulos, fake news o incluso aplicaciones maliciosas y fraudes.
La crisis sanitaria debida al COVID-19 no solo nos ha llevado a una avalancha de bulos sobre la enfermedad, decisiones gubernamentales y otras antológicas situaciones inexistentes actualmente. Ha provocado además la aparición de técnicas fraudulentas hacia empresas. Aplicaciones maliciosas, disfrazadas tras información de interés sobre el coronavirus, que realmente esconden fraudes en forma de campaña de correo electrónico.
La mayoría de estos correos se hacen pasar por empresas relevantes en el sector o en relación con la administración pública, tratando temas de interés en cuanto a los cambios en el ámbito laboral que el COVID-19 está causando. La realidad es que el simple clic en estos correos está provocando graves incidencias en muchas empresas.
Cómo detectar fraudes en relación al COVID-19
En estas situaciones tus prioridades deben ser la ciberseguridad y la educación en esta materia de tu equipo de trabajo. Para ello, tendrás que tener a todo tu equipo bien informado sobre estos actos que están ocurriendo, protegiendo de esta forma la integridad de tu empresa.
No debes hacer clic en cualquier correo con información supuestamente de interés, antes debes de estar seguro de que trata de un correo oficial de la administración o empresa que guarda relación contigo, y con la cual has interactuado anteriormente. Entre estas buenas prácticas hay algo fundamental, aunque no técnico, se llama rigor e interpretación. No ser ingenuo es el mejor arma de defensa que tenemos.
Revisa la url del lugar que te han enviado, si no puedes certificar su procedencia, evita entrar. Intenta no ser víctima del movimiento clickbaite, leyendo más allá del titular y pudiendo reconocer si es real o no. En último lugar, sigue las normas básicas de contrastar, comprobar el formato y, sobre todo, aplicar el sentido común.
Si tienes dudas sobre la seguridad de tu empresa, la protección de tus equipos o la preparación de tus empleados para hacer frente a la misma, contacta con nosotros.